La violencia es un problema que afecta a individuos y comunidades, manifestándose en diversas formas como física, psicológica, sexual, económica e institucional. Sus causas pueden estar relacionadas con factores sociales, económicos y culturales, incluyendo la falta de educación, la pobreza y la normalización de comportamientos agresivos. La prevención es clave para reducir su impacto y requiere un enfoque integral que involucre tanto a las instituciones como a la sociedad en general.

Para combatir la violencia, es esencial promover la educación sobre valores como el respeto y la empatía, fomentar entornos seguros y ofrecer apoyo a las víctimas. Además, la implementación de políticas y leyes que protejan a los afectados y sancionen a los agresores es fundamental. Con estrategias adecuadas y un compromiso social, podemos avanzar hacia una sociedad más justa y libre de violencia.